Crónica: Mi noche con Red Hot Chili Peppers
- Lorenzo Bryce
- 20 jun 2017
- 3 Min. de lectura

La penúltima campana del día sonó, me puse la corbata, fui a mi casillero, saque dos libros y entre a clase. En el colegio no te dejaban usar el teléfono dentro del aula, pero siempre está el adicto al Blackberry (en el 2010 las adiciones eran por Blackberrys, no por Smartphones). Este adicto al rato de navegar en su BB empieza a saltar en su carpeta, le muestra la pantalla a su compañero del costado, él tiene una reacción similar. Para mi desgracia, yo estaba al otro lado del salón, con el espectáculo al frente mío, pero sin la noticia. De un momento a otro, los informados se olvidaron de las reglas del salón y empezaron a gritar: ¡Red Hot Chili Peppers viene el próximo año!
Mi corazón paro de latir por unos segundos, las manos me empezaron a sudar, mi piel se erizo y a mí también me llegaron las reglas comunes del salón:
-Cristóbal, ¿escuche que Red Hot Chili Peppers viene a Lima?
- ¡Si, Weón!

Después que la profesora nos calle y la clase a acabe, nos juntamos Cristóbal, Juan Pablo, Gabriel y yo, para cumplir el mítico ritual que se hace apenas se anuncia un concierto en tu ciudad: Quedar en ir, decir que ni cagando la haces ir a la zona más cara, expresar como te vas a quedar misio o cómo te vas a endeudar de regalos con tus papás por las entradas y, el infaltable, delirar grupalmente el Setlist soñado.
Pasaron los meses, pasamos de ser de 4 adolescentes soñadores a 4 adolescentes soñadores con entradas para la Zona Occidente Baja de Red Hot Chili Peppers. Pasaron aún más meses y llego el día.
Mis tres amigos fueron al colegio el día del concierto, yo no. Con suerte tenía un 11 de promedio en la mitad de mis materias, sin embargo ver a RHCP iba más allá de las notas. Una banda que me acompaño desde el momento que descubriste el sentido del oído, ambos hemos cambiado de faceta al mismo tiempo. Mientras ellos maduraban a una música más consiente y lenta, yo pasaba de emocionarme por un Max Steel, a que me guste la nueva chica del salón.

A las 4:00pm estaba en la casa de Cristóbal, Juan Pablo y Gabriel llegaron al rato. Nos enmarcamos en un Taxi directos hacia el Nacional. Las calles del centro estaban que estallaban, te cruzabas con conocidos, ambulantes, anticucheros, músicos imitadores (si has ido a un concierto masivo en Lima, te has a cruzado con un señor que toca todos los hits de la banda en su zampoña).
La cola de una hora valió la pena, solo porque a las 7:00pm ya estábamos en nuestros asientos. Con un choripán en el estómago y un Red Bull en las venas ya estaba listo para todo lo que se venía. El sol se ocultó, los reflectores se prendieron, la cortina se bajó, las luces rojas se prendieron y el mítico sonido del Slap the Bass de Flea sonó.
En 2 horas tocaron las clásica: Can’t Stop, Give it away y Dani Californication. No cayeron mal sus nuevos hits como Ethiopia, Monarchy of Roses y The Adventures of Rain Dance Maggie. Pero el concierto no hubiera sido lo mismo sin las legendarias: Under the Bridge, Californication, By the Way. Hasta Flea improviso sin conciencia alguna por la estabilidad de mi corazón.

Me acuerdo de estar en pleno concierto ya sin voz, con los pies adoloridos, con la energía en el piso, pero con una sensación que solo un buen concierto, uno que has esperado toda la vida, te puede dar. Mi noche con Anthony, Flea, Chad y Josh fue espectacular, 6 años han pasado y sigue siendo la mejor experiencia que he tenido. Solo puedo decir: Gracias Red Hot Chili Peppers, gracias por esta experiencia inolvidable, gracias por hacer llorar de la felicidad, gracias por un gran concierto.
Hemos creado un Playlist en Spotify de las mejores canciones de todos los artistas/bandas mencionadas en este artículo. Haz clic en el logo de Red Hot Chili Peppers para dirigirte a la lista:
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